domingo, 13 de mayo de 2012

Flujo del tiempo

Anteriormente había hablado de cómo el tiempo no es una magnitud absoluta, sino que fluye de manera diferente si se toma en cuenta cómo inciden en el otros elementos como la gravedad.

Dependiendo también del sistema, o lugar desde el que se efectué la medición del tiempo, con respecto a otro sistema, los resultados que uno y otro medidor pueden conseguir sobre un mismo evento pueden ser diferentes. Para que este efecto sea notable, es necesario utilizar la luz, porque que las diferencias con respecto a la velocidad que toman otros objetos es muy grande y al mismo tiempo su velocidad es siempre constante.

Si viajamos en un cohete espacial a 50.000 km/h en el espacio nuestra sensación será la de viajar quietos, mientras que la sensación que tendría un espectador fuera del cohete sobre nosotros sería que nos movemos muy rápido. Pasa igual que en con la tierra. Si estamos tumbados en la cama pensamos que estamos quietos, pero en realidad nos estamos moviendo a miles de kilómetros por hora en el espacio con nuestro planeta. Ahora bien, si en esa nave disparamos una bala hacia delante, la bala se moverá alejándose de nosotros a la velocidad normal de una bala disparada. Sin embargo, para ese observador que nos miraba de fuera, la bala no se movería a los pocos kilómetros por hora con la que la hemos disparado, esta se movería a la velocidad de la nave más la del disparo. Dejando un hueco abismal entre la velocidad con la que percibimos la bala nosotros y el.

Ahora que ya sabemos que la realidad que percibimos es diferente dependiendo del observador, pasamos al mismo ejemplo utilizando la luz en vez de la bala. Si viajando en el cohete encendemos una linterna que proyecta un haz de luz a 300.000 km/seg, la luz viajará con respecto a nosotros a esa velocidad. Usando la lógica anterior, el observador externo debería ver la luz viajando más rápido que nosotros, a 350.000 km/seg, pero no es así. La velocidad de la luz es cosntante y no puede ser superada por nada, así que en este caso ambos observadores verían la luz moverse a la misma velocidad.

Esto significa que siempre veremos la luz viajar a la misma velocidad. Pasamos a la última parte del experimento, la que nos enseñará el flujo irregular del tiempo. Ahora estando dentro del cohete que viaja a 50.000 km/h, nosotros encendemos la linterna desde el suelo. La luz tardará en llegar al techo pongamos que un segundo. La luz en un sólo segundo a recorrido 5 metros de altura. Ahora el espectador de fuera, ve como nosotros hemos encendido la linterna, y en vez de ver que en un segundo, la luz ha recorrido esos 5 metros del suelo al techo, habrá visto como el haz de luz ha recorrido en el mismo tiempo varios cientos de metros. Los metros que hay desde que la luz sale del suelo del cohete hasta que llega al techo mientras se desplaza dentro del cohete recorriendo los metros que este vuele en ese segundo.

En definitiva, en el mismo tiempo, el mismo objeto, en este caso la luz, ha recorrido distancias direntes para dos personas diferentes. Es decir, para cada uno el tiempo ha fluido a una velocidad distinta al estar sujetos a sistemas diferentes. Por la misma razón el viajero de dentro del cohete sentira que el tiempo con respecto a su compañero de fuera pasa más despacio. Os dejo un vídeo con un ejemplo más gráfico abajo.

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